Esta estructura puede representarse mediante el esquema siguiente:

La estructura del largometraje
Primer acto
El primer acto tiene una duración de entre 25 y 35 minutos, que en el estándar de escritura de guiones de largometraje en EE.UU. equivalen al mismo número de páginas mecanografiadas. El primer acto comienza con el planteamiento. En él, el espectador deberá conocer el género y el estilo, el lugar y el tiempo en que se sitúa la historia y ha de aportársele la información necesaria para que la historia comience poniendo en marcha un relato con una línea argumental coherente.
En los quince primeros minutos el planteamiento debe estar resuelto.
La inclusión de información necesaria para conocer el contexto y establecer las reglas del juego de la historia hace que, normalmente, el primer acto (planteamiento + contexto+ información necesaria para el desarrollo) se extienda hasta los minutos 25 a 35.
Esta información es fundamental para conocer las condiciones de partida: cómo son las cosas antes del desarrollo de la historia, cómo es el protagonista, qué le motiva, quién es el antagonista, cómo es, qué conflicto tiene con el protagonista, etc.
Entre el planteamiento y el final del primer acto se incluye a menudo información que, en principio, parece irrelevante o que, cuando menos, no hace avanzar la historia, pero que será fundamental para justificar y dar coherencia a sucesos y actuaciones que tendrán lugar en el desarrollo.
Entre los minutos 25 y 35 debe darse un punto de acción llamado punto de inflexión o punto de giro. Se llama así porque introduce tensión y nuevas expectativas en la trama, cuando no le da un giro completo, y marca una nueva línea de acción totalmente diferente a la introducida en el planteamiento.
Con el punto de inflexión el conflicto se presenta en toda su dimensión. Se hace evidente la auténtica línea de acción de la trama (de qué va a ir la historia), aumenta el riesgo y la intriga sobre la posibilidad de consecución de la meta por el protagonista.
Con el punto de inflexión se entra en el segundo acto dando comienzo el desarrollo de la trama.
Segundo acto
El segundo acto dura, aproximadamente, 60 minutos (de las páginas 25-35 a 75-85) y su misión es iniciar el desarrollo e ir complicando al protagonista la posibilidad de conseguir su meta.
En el segundo acto, el protagonista supera pruebas y obstáculos y vence dificultades en el camino hacia su meta; estas dificultades son de diversos tipos:
• Barreras: son problemas o dificultades que el protagonista debe salvar para continuar adelante.
• Complicaciones: son acontecimientos o situaciones que dan origen a una trama secundaria (subtrama) que complica o desvía al protagonista de su objetivo principal.
• Reveses: son actuaciones o sucesos que, aunque ayuden a conseguir un objetivo parcial para el protagonista, en lugar de acercarle a su meta le alejan de ella.
La necesidad de incluir informaciones necesarias para el desarrollo durante el segundo acto hacen que éste corra el peligro de entorpecer la acción y romper el ritmo y la tensión de la línea de acción principal. Es por ello que suelen incluirse en él las llamadas secuencias de acción.
Las secuencias de acción son secuencias dramáticas (con estructura dramática completa) que se dan de manera ininterrumpida, es decir, sin inclusión de escenas alternadas.
Las secuencias de acción no son necesariamente de acción física (peleas, persecuciones, etc.) sino de acción dramática, de modo que una secuencia basada exclusivamente en el diálogo puede cumplir la función de la secuencia de acción si su estructura (planteamiento, desarrollo y desenlace) y contenido tienen fuerza dramática.
El tercer acto
Entre los minutos 75-85 (o páginas; recordemos la equivalencia de 1 página - 1 minuto) debe haber un nuevo punto de inflexión o punto de giro, de modo que, al igual que en el primer punto de inflexión, la trama adquiere un nuevo impulso y entra en el acto tercero.
En el tercer acto continúa el desarrollo, pero la situación se agrava y complica para el protagonista (crisis), los acontecimientos se aceleran y exigen apremiantemente una solución.
Los acontecimientos llevan al protagonista a una situación de máximo riesgo y dificultad que desemboca en un punto de máxima tensión (clímax, minuto 110 a 120).
Normalmente, el clímax es una situación de todo o nada, en la que el protagonista ha de poner en juego todas sus capacidades para resolver la situación y conseguir la resolución del conflicto (desenlace).
La resolución ha de ser coherente, sorprendente y rápida (5 minutos).
Cuando la resolución se alarga se puede dar una situación llamada de anticlímax, que estropea el efecto conseguido por un buen clímax seguido de una rápida resolución.
El primer acto en detalle
Si bien la libertad creadora es infinita, existen modos de hacer que han demostrado su eficacia y cuyo seguimiento ayuda a conseguir los objetivos.
Estos modos de hacer han sido expresados en forma de consejos por los diferentes autores.
¿Cómo empezar?
Comenzar por imágenes identificadoras, imagen de situación o por secuencia de contexto.
Las primeras imágenes visuales y acústicas deben sugerir el lugar, el ambiente, la época, el tema, el estilo, el género e incluso el ritmo de la historia.
Recuérdese, por ejemplo, el comienzo de "Algunos hombres buenos". Las primeras imágenes sugieren todo lo dicho y muestran el espíritu y la disciplina militar, elemento base de la trama.
La difusión por televisión y la costumbre del zapping han hecho de esta regla una necesidad para conseguir que el espectador se haga expectativas fiables desde el comienzo; es decir, que pueda deducir si la película será o no de su interés.
A las características apuntadas se suele añadir la de captar la atención y despertar el interés desde el primer momento. Esto se consigue comenzando con escenas impactantes o bien mediante la llamada secuencia de contexto.
La secuencia de contexto puede presentarse de varias formas:
a. Secuencia de acción o secuencia ininterrumpida
Es una secuencia dramática con estructura completa que, de manera concentrada, presenta un episodio que en ocasiones es como un modelo de lo que va a ser la película.
b. Secuencia de montaje
La secuencia de montaje explica con grandes elipsis (saltos en el tiempo y en el espacio) un período largo de tiempo.
c. Imágenes clave
Se asemeja a la secuencia de montaje, pero representa un periodo de tiempo menor.
d. Flash back
Son recuerdos del pasado que normalmente se intercalan con el presente.
¿Cómo entrar en la historia?
Para que exista historia dramática ha de ocurrir algo que motive a actuar a los personajes, que les dé una meta a conseguir y plantee un conflicto que han de superar para alcanzar su meta.
Este suceso, que da comienzo a la trama, se llama detonante o catalizador y, a partir de él, aparece un problema a resolver o una misión a cumplir por parte del protagonista.
El detonante puede presentarse de diversas formas:
• Acción o suceso específico que desequilibra la situación: se comete un crimen y el protagonista ha de resolverlo, etc.
• Diálogo (el problema o conflicto se expresa verbalmente): el protagonista recibe una llamada en la que le comunican que han secuestrado a un ser querido. Por ejemplo, en la película "Las amistades peligrosas", el detonante es la apuesta realizada por los dos protagonistas.
• Situación (el problema se expresa en una o mas secuencias o a lo largo de varias escenas): en este caso, a pesar de que el problema detonante se desarrolla en varias escenas, suele haber un punto (detonante) en el que el protagonista se ve obligado a actuar. Así, en "Tootsie" por ejemplo, vemos a lo largo de varias escenas (secuencia de montaje) que el protagonista no encuentra trabajo, por demasiado bajo o por demasiado alto, "por hache o por be", pero el detonante definitivo llega cuando su agente le asegura que nadie le contratará.
El detonante pone en marcha la historia: hay un problema que resolver o una misión que cumplir. El espectador ya deduce la línea de acción de la historia y sabe cuál es el objetivo del protagonista.
Del planteamiento al punto de inflexión
Tras el detonante comienza un primer desarrollo de la historia, en el que el protagonista emprende las primeras acciones en pos de su meta. También se incluyen aquí escenas y secuencias que preparan el futuro desarrollo y establecen las reglas del juego (quiénes son los intervinientes, qué características iniciales tienen, qué les motiva, etc.).
Estas informaciones servirán de justificación y explicación de sucesos o actuaciones posteriores, dotándolas de coherencia y verosimilitud, siempre en el contexto de la historia: coherencia interna.
Todos los diálogos, las informaciones, imágenes, escenas y secuencias, aparte de dar información, deben contribuir en algo al desarrollo de la trama. Sin embargo, hay informaciones cuyo sentido no será comprendido hasta bien entrado el desarrollo con lo que pueden entorpecer el ritmo del relato.
Este problema suele resolverse integrando esta información en secuencias dramáticas con interés en sí mismas.
También en este punto suelen incluirse flash backs que muestran partes importantes del pasado del protagonista. Conviene integrarlos en secuencias de acción para que su inclusión no entorpezca el ritmo dramático.
Siempre es mejor incluir los flash backs en el primer acto, ya que, como hemos dicho, en él se establecen las reglas del juego y lo que en él se incluye justifica lo que después pasa, mientras que si se incluye durante el desarrollo un flash back motivacional (para explicar un hecho del pasado que actúa como motivación de la actuación del presente) puede ser percibido por el espectador como un engaño, como un "as sacado de la manga" y, en todo caso, es un recurso fácil que no contribuye a la sensación de unidad y coherencia de la obra y que suele entorpecer el ritmo del relato.
Piénsese qué ocurriría en la película "Regreso al futuro" si, en lugar de incluir en el primer acto toda la información necesaria para la explicación de los acontecimientos del pasado, ésta se fuese dando en forma de flash backs cuando conviniese al protagonista.
Estas informaciones, que alcanzarán su sentido en la historia en un momento posterior, se llaman anticipaciones.
Toda anticipación ha de tener un cumplimiento, ha de tener una función en el relato que se descubrirá cuando se dé el cumplimiento.
Toda imagen o diálogo es inútil si no contribuye al desarrollo de la trama. La anticipación actúa como una pista visual o de diálogo que se recupera en un momento posterior de la trama y adquiere un sentido al contribuir a la coherencia de los sucesos.
"Regreso al futuro" es un ejemplo de aplicación magistral de las anticipaciones en el primer acto. Sin duda, a ello ha contribuido el hecho de que la trama se desarrolla en el pasado y el protagonista ha de valerse de sus conocimientos sobre el futuro, por lo que todos los datos necesarios se han de dar antes de su viaje al pasado para no tener que recurrir a flash backs continuos.
De este modo, el protagonista sabe cómo se conocieron su padre y su madre, cómo y dónde se enamoraron y también en qué día, minuto y segundo cayó un rayo en el reloj de la torre, lo que le permitirá regresar al futuro.
La anticipación tiene múltiples posibilidades:
- Humorística
En el presente vemos anuncios del alcalde negro y, al ir al pasado, el protagonista dice al muchacho negro que barre el bar que llegará a alcalde.
En el presente vemos cómo el antagonista trata al padre del protagonista golpeándole con los nudillos en la cabeza. En el pasado la escena se repetirá literalmente.
- Informativa
Toda la información sobre la máquina del tiempo que será útil en el desarrollo, se la da el científico al protagonista momentos antes del viaje al pasado. Toda la información necesaria y sólo la necesaria. Absolutamente todo lo que le dice tendrá importancia más adelante, es decir, tendrá su cumplimiento.
- Complicaciones
Una complicación es una anticipación que dará lugar a una trama secundaria, a una historia dentro de la historia. El encuentro entre el protagonista y el antagonista y su primer enfrentamiento, inician la trama que se desarrollará entre ellos en el pasado.
Si bien las anticipaciones suelen darse en el primer acto, algunas de ellas, como las complicaciones, se pueden dar en el segundo acto cuando la trama principal se va complicando y enriqueciendo con nuevas subtramas.
Cualquier información de más puede convertirse en anticipación sin cumplimiento con lo que el espectador se sentirá defraudado. Como ejemplo extremo pensemos en un acercamiento a plano detalle de un candelabro en una película de crimen. Si ese candelabro no toma parte en la trama posteriormente, el espectador se estará preguntando constantemente por qué se lo han señalado.
Una película famosa con anticipación sin cumplimiento es "El mago de Oz", en la que el detonante es que quieren matar al perro de la protagonista y, al final, cuando la niña regresa de Oz nadie se acuerda del perrito y su problema. A veces, la ausencia de cumplimiento pasa desapercibida como en este caso, pero por lo general no es así.
El final del primer acto
Con el planteamiento sabemos de qué va a ir la historia, cuál es la cuestión central y el objetivo del protagonista.
Entre el planteamiento y el final del primer acto recibimos la información de contexto y las anticipaciones necesarias para el desarrollo y conoceremos cómo es el punto de partida del protagonista (características físicas, psicológicas, emocionales y sociales).
Si bien el orden estándar sería comenzar por imagen de situación o secuencia de contexto, seguir con el planteamiento, concluirlo con el detonante e incluir a continuación la información de contexto, lo cierto es que esta regla admite variaciones que pueden resultar tanto más eficaces.
Es común empezar directamente por el detonante e ir mezclando planteamiento e información de contexto.
De hecho, la información de contexto, en ocasiones resulta lenta y excesiva concentrada entre el detonante y el final del primer acto; por ello se emplea el montaje alternado, que aprovecha el efecto de acción latente: el montaje alternado consiste en la interrupción de escenas de una secuencia para colocar otras de otra secuencia diferente, y volver a retomar la primera secuencia más adelante.
Mediante esta técnica la acción de la secuencia interrumpida permanece latente (sigue presente en la mente del espectador) mientras presentamos la siguiente. De esta forma podemos incluir alternadamente información de contexto sin tener que acumularla toda después del planteamiento, lo que podría frenar el ritmo de la acción y distraer de la cuestión central de la trama.
Esta técnica está magistralmente utilizada en "Regreso al futuro", que comienza con una secuencia de acción en la que se inicia el planteamiento, se interrumpe el planteamiento y se entra en secuencias de contexto y de anticipación para volver a la primera secuencia que ha permanecido latente, justo para concluir el planteamiento coincidiendo con el punto de inflexión.
El problema de este tipo de montaje alternado está en que el espectador pueda perder el hilo de una secuencia al estar distanciadas las escenas que la conforman. Por ello debe cuidarse la disposición, de modo que la acción permanezca latente.
Un recurso fácil que utilizan los "culebrones" es interrumpir la escena en un momento de tensión y suspense.
En todo caso, siempre es posible colocar las informaciones de contexto donde se desee, siempre y cuando se integren en secuencias dramáticas completas (con sentido por sí mismas) que encadenen con lógica y fluidez en el discurrir narrativo de la trama.
El punto de inflexión
El primer punto de inflexión, o punto de giro, ha de aportar interés, tensión e intriga a la trama. Hasta este momento la historia discurría de una manera y ahora discurrirá de otra.
Si el detonante marcaba cuál era la línea de acción de la historia, el conflicto y el objetivo del protagonista, el punto de inflexión ha de suponer un cambio cualitativo. Por ello, hablamos de:
• Cambio convergente (punto de inflexión): cuando se conserva la línea de acción principal intensificando el conflicto, el riesgo y la intriga.
• Cambio divergente (punto de giro): cuando el punto de inflexión marca una línea de acción diferente a la que había.
La película "Psicosis" de Hitchcock es un caso muy particular de esta técnica. En esta película, la que parece protagonista se escapa con dinero de la empresa en que trabaja y la historia parece que va a desarrollar ese asunto. Sin embargo, la aparente protagonista se hospeda en una pensión aislada, donde es asesinada. Este punto de inflexión comienza una historia totalmente diferente que gira en torno a este hecho.
El punto de inflexión:
- Da paso al segundo acto.
- Intensifica la línea de acción o establece la auténtica línea de acción.
- Aumenta el riesgo y la dificultad de que el protagonista alcance su meta.
- Suele situar la acción en un nuevo escenario y centra la atención en un nuevo aspecto de la historia.
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